Siempre estas allí delante de mi,
la música es ensordecedora,
pero mis oídos ya están acostumbrados.
No quiero que nada cambie,
el momento es simplemente imperfecto,
no puede ocurrir nada o tal vez todo.
Tu cuerpo se mueve,
al ritmo de una música,
que yo no logro escuchar.
Pero eso no importa,
tus movimientos son lentos,
miras a un lado y a otro.
Me ves y te quedas mirándome,
espero una señal, un simple gesto,
solo me miras y sigues bailando.
Te acercas a mi, junto a la barra,
pides un refresco y lo bebes despacio,
sigo mirándote, admirándote.
Me miras de nuevo,
te acercas y me acaricias,
después te vas...
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