El asfalto duro y frio, las farolas iluminando calles moribundas a estas horas de la noche. Las sombras de los arboles reflejadas en la acera.
Los arboles son como manos paralizadas por el dolor.
Me quedo quieto, cerca de un arbol, noto sus latidos a traves de mis zapatillas, es realment majestuoso, un pequeño arbol casi muerto i que sus ansias de vivir sigan siendo tan fuertes como antaño.
A cada paso que damos la acera se debilita, a cada kilometro que recorremos con nuestros coches el asfalto va cediendo.
Ya no queda muhco tiempo, ya casi no queda tiempo.
Los arboles romperan el asfalto y derrumbaran los rascacielos, los mares y los rios reclamaran sus antiguos caminos, y los bosques se alzaran en busca de sus bellos prados, de sus campos de flores que no tenian fin. Y nosotros pereceremos.
Intentamos enjaular a la mas fuerte de las almas. Intentamos limitar a la naturaleza, a la vida. Y nuestro tiempo es el que esta limitado, nuestras almas son las que estan enjauladas. Nosotros pereceremos.
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